Is enhanced RUMORS OF CHANGES IN THE CABINET
Las acusaciones de líderes del Frente para la Victoria contra el ministro Florencio Randazzo explicitaron las diferencias importantes que hay dentro del gabinete de Cristina Fernández. En la crisis alentada por el Boudougate, la riña doméstica es difícil de ocultar. Y alienta las versiones de cambios en el gabinete de colaboradores, que precia retomar la iniciativa política.
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, rechazó versiones acerca de que habría filtrado información que motivó una investigación judicial sobre el vicepresidente Amado Boudou, y aseguró que el Gobierno tiene "conflictos" con "intereses que habían gobernado la Argentina", según dijo, durante "30 años de democracia".
"Es absolutamente falso y estúpido", enfatizó Randazzo al ser consultado sobre versiones de filtraciones de información contra el vicepresidente desde el propio gobierno nacional.
El titular de la cartera política aseguró en declaraciones radiales que "no hay internas en el Gobierno".
Luego de lo que parece haber sido una decisión de la Presidenta de proteger al principal sospechado, el vicepresidente Amado Boudou; ahora se habla de la expulsión del ministro del Interior, Florencio Randazzo, marginado a un segundo plano en las decisiones del poder.
"La matriz del conflicto que tiene este Gobierno es tomar decisiones que afectan intereses que habían gobernado la Argentina sin ningún voto y sin ningún rostro visible en los últimos 30 años de democracia", sostuvo.
Además, advirtió que en el Gobierno nacional están "acostumbrados a este tipo de operaciones" detrás de las que se encuentran, según consideró, "intereses económicos".
Para Randazzo "no hay dudas" de que la investigación por la situación de la empresa Ciccone, que involucra al vicepresidente Boudou, es "una operación de los medios que quieren intentar que haya problemas en el Gobierno".
El ministro evaluó que "no hay nada que esconder" en el caso donde se acusa a Boudou de haber intercedido para evitar la quiebra de la ex Ciccone.
Cambios
Según especulan algunos funcionarios, hay horizonte cercano de cambios en el gabinete de colaboradores de Cristina.
En la lista de prescindibles se ubica a Ricardo Echegaray, titular de la AFIP; Julio de Vido, ministro de Planificación; Carlos Tomada, ministro de Trabajo; el de Justicia, Julio Alak; y algunos secretarios, como el de Minería, Jorge Mayoral.
Hay quienes suman a la lista al ministro del Interior, Florencio Randazzo, y es parte de las diferencias dentro de gabinete nacional, donde Randazzo tiene poderosos adversarios.
De acuerdo a una versión, Juan Manuel Abal Medina, jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, se comunicó con algunos funcionarios y les dijo, de parte de Cristina Fernández: “Vos seguís en el proyecto”.
Quienes no recibieron la comunicación "están nerviosos".
Cuando se especula con cambios, siempre se especula con el arribo del embajador en España, Carlos Bettini, para sumarse al gabinete.
El caso Ciccone sigue impactando en el gobierno aunque de maneras insólitas pero muy coherentes con los usos y costumbres del kirchnerismo. Es que en vez de golpear o debilitar a los protagonistas de lo que a todas luces es un negociado construido al amparo del poder, la mira se enfoca en las posibles “fuentes” de la filtración del escándalo.
Volviendo a Randazzo, lo acusan de haber confirmado al diario Clarín que las boletas de Cristina Kirchner para las elecciones 2011 fueron impresas en Ciccone. Esta situación lo dejaría mal parado frente a la Presidenta. “Por más internas que tenga con Boudou, no puede complicarla así pasando información al principal enemigo”, señalan.
El 01/03, la Presidenta ingresó al recinto de la Asamblea Legislativa para dar inicio a las sesiones legislativas en medio de aplusos, y una lluvia de volantes. Entre toda esa algarabía, alguien consiguió arrojar unos billetes -falsos- de $ 100 mencionando la denuncia contra el vicepresidente Amado Boudou y su vinculación con la ex Ciccone Calcográfica.
Estos billetes, a los que llamaron “Boudues”, fueron arrojados desde algún palco del 2do. piso, detrás del escritorio presidencial. El volante consistía en una fotografía del vice, la inscripción “100 pesos inconvertibles de curso legal” y aclaraba que fueron emitidos por el “Banco Central de la Guitarrita Argentina”. En el dorso, aclaraba: “Boudou Miente”.
Cuando comenzaron a caer los panfletos, los militantes de La Cámpora quedaron sin reacción: pensaron que era otra chicana de Guillermo Moreno, quien no pierde oportunidad para pegarle a Budou. En las reuniones con empresarios, suele repetir: “Conmigo no se jode, yo no toco la guitarrita”.
Oscar Parrilli, secretario general de la Presidencia, quien salió caminando junto a Cristina del Congreso, le repetía que había sido una operación armada por Ciccone. Mientras tantos, los allegados a Boudou insistían en que Máximo seguramente estuvo implicado. Es que el hijo de la Presidente arrastra un encono personal con el vice.
En rigor a la verdad, Máximo y Cristina mantuvieron una discusión por el escándalo de Ciccone, una causa que hace que el círculo íntimo de Cristina vea fantasmas y traiciones por todos lados.