FRANCISCO DE NARVAEZ: THE MAN WHO WANTS TO RULE THE PROV. DE BS AS
Fue el primer extranjero en llegar a diputado nacional. Ocurrió en el 2005, por la provincia de Buenos Aires y de la mano del peronismo.
Esa no fue la única originalidad de este empresario que se define a sí mismo como "un agitador" y cuya frase preferida, tatuada en su cuerpo, es "crisis es oportunidad", inscripción realizada en los años en que casi pierde lo que creía amar y también la vida por mano propia. Se quiso suicidar en 1992 en una habitación de un hotel 5 estrellas. La pasión por sus hijos y por la política parecen haber sido una puerta de salida.
Francisco de Narváez Steuer, más conocido como "El Colorado" tuvo un derrotero político zigzagueante como son las búsquedas del poder. Se nacionalizó en 1983 para votar por Raúl Alfonsín; luego, inició su carrera política junto a Mauricio Macri, luego se enroló con Carlos Menem y más tarde aplaudió el ascenso de Kirchner. Ascendió al Congreso de la mano de Eduardo Duhalde y, finalmente, cuando se distanció de Roberto Lavagna, volvió— o tal vez nunca se fue— al lugar donde había comenzado por negocios, ideas y procedencia social, el PRO de los Macri.
Va en la fórmula a candidato a gobernador bonaerense con Jorge, el primo de Mauricio. Es un punto de llegada que tiene, en sus espaldas, la laboriosidad política y la inversión de recursos del "colorado" que ya llevaba recorridos, con su avión Cessna y su camioneta blindada, 60 pueblos de la provincia de Buenos Aires en una campaña centrada en su figura.
Conocido por su "billetera generosa y codiciada" para proyectos políticos, sociales y culturales desplegados en fundaciones y otros centros comunitarios —con una fortuna que ascendería a 500 millones de dólares—, deportista casi fanático, la historia de De Narváez es poco conocida. Su abuelo materno, Carlos Steuer era dueño desde 1933 del pequeño negocio Casa Te-Ta ("tía" en checo), una tienda con regalos para niños.
El local estaba pegado a la catedral de San Vito, en la bella Praga, en Checoslovaquia. Asociado a su compatriota y amigo Federico Deutsch, se extendieron a Rumania y Yugoslavia bajo ese nombre. La expansión del negocio duró hasta las vísperas de la Segunda Guerra. Los Steuer huyeron e hicieron una escala en Colombia. Luego desembarcaron en la Argentina en 1939.
En 1946, junto con Deutsch, Carlos Steuer inauguró Casa Tía en Buenos Aires. Los años del peronismo fueron pródigos para el impulso al consumo y para esa tienda, que atendía sobre todo las necesidades de obreros y de la clase media. La clase alta compraba en Harrod's o en Europa.
Lo cierto es que De Narváez pudo haber nacido argentino pero nació en Bogotá en setiembre de 1953 porque Doris Steuer se casó con Juan de Narváez, un colombiano dedicado al negocio del café. Tuvieron cuatro hijos, entre ellos Francisco, que no sólo heredó la admiración por Perón. También, el huevo de oro puesto por su abuelo, que le tocará reproducir. Sus padres se instalaron en Buenos Aires cuando tenía tres años; realizó el primario y parte del secundario, que no completó, en el selecto Cardenal Newman— donde también estudió Macri—, y a comienzos de 1981 comenzó como administrativo a formarse en el directorio de Casa Tía. A fines de los 80, inició un camino de control total de la compañía como director general que incluyó una pelea feroz con su hermano, a quien echó del negocio, paso previo para reajustar —en base a no pocos despidos— todo el grupo. Hacia 1992 había concluido su faena. Un año después, se separó de su primera esposa con la que tuvo tres hijos.
Al promediar los 90 su fortuna trepó hacia las finanzas, luego de la venta de Casa Tía en controversia con los Deutsch. De Narváez se diversificó y se lo señala como dueño o accionista fuerte de varias empresas: La Rural SA, Aisa, América TV, del diario Ambito Financiero y radio La Red, además de ser parte de fondos de inversión del grupo D&S, un holding de empresas vinculadas a Internet y nuevas tecnologías.
Hace unos años, De Narváez volvió a casarse, esta vez con la abogada platense y ex modelo Agustina Ayllón, con quien tiene dos hijos pequeños.
En 2003, apoyó con fervor la candidatura presidencial de Menem. Su fracaso lo sublimó, tal vez, en la compra de reliquias del peronismo rematadas en Christies en Roma. Pagó 93 mil dólares por el uniforme militar de Perón y por 148 mil se quedó con su biblioteca.
Del peronismo guarda esos objetos, pero también su convicción de que persigue "el capitalismo que acumula y la distribución más equitativa de la riqueza". Ahora sin embargo, eligió ser candidato a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
Esa no fue la única originalidad de este empresario que se define a sí mismo como "un agitador" y cuya frase preferida, tatuada en su cuerpo, es "crisis es oportunidad", inscripción realizada en los años en que casi pierde lo que creía amar y también la vida por mano propia. Se quiso suicidar en 1992 en una habitación de un hotel 5 estrellas. La pasión por sus hijos y por la política parecen haber sido una puerta de salida.
Francisco de Narváez Steuer, más conocido como "El Colorado" tuvo un derrotero político zigzagueante como son las búsquedas del poder. Se nacionalizó en 1983 para votar por Raúl Alfonsín; luego, inició su carrera política junto a Mauricio Macri, luego se enroló con Carlos Menem y más tarde aplaudió el ascenso de Kirchner. Ascendió al Congreso de la mano de Eduardo Duhalde y, finalmente, cuando se distanció de Roberto Lavagna, volvió— o tal vez nunca se fue— al lugar donde había comenzado por negocios, ideas y procedencia social, el PRO de los Macri.
Va en la fórmula a candidato a gobernador bonaerense con Jorge, el primo de Mauricio. Es un punto de llegada que tiene, en sus espaldas, la laboriosidad política y la inversión de recursos del "colorado" que ya llevaba recorridos, con su avión Cessna y su camioneta blindada, 60 pueblos de la provincia de Buenos Aires en una campaña centrada en su figura.
Conocido por su "billetera generosa y codiciada" para proyectos políticos, sociales y culturales desplegados en fundaciones y otros centros comunitarios —con una fortuna que ascendería a 500 millones de dólares—, deportista casi fanático, la historia de De Narváez es poco conocida. Su abuelo materno, Carlos Steuer era dueño desde 1933 del pequeño negocio Casa Te-Ta ("tía" en checo), una tienda con regalos para niños.
El local estaba pegado a la catedral de San Vito, en la bella Praga, en Checoslovaquia. Asociado a su compatriota y amigo Federico Deutsch, se extendieron a Rumania y Yugoslavia bajo ese nombre. La expansión del negocio duró hasta las vísperas de la Segunda Guerra. Los Steuer huyeron e hicieron una escala en Colombia. Luego desembarcaron en la Argentina en 1939.
En 1946, junto con Deutsch, Carlos Steuer inauguró Casa Tía en Buenos Aires. Los años del peronismo fueron pródigos para el impulso al consumo y para esa tienda, que atendía sobre todo las necesidades de obreros y de la clase media. La clase alta compraba en Harrod's o en Europa.
Lo cierto es que De Narváez pudo haber nacido argentino pero nació en Bogotá en setiembre de 1953 porque Doris Steuer se casó con Juan de Narváez, un colombiano dedicado al negocio del café. Tuvieron cuatro hijos, entre ellos Francisco, que no sólo heredó la admiración por Perón. También, el huevo de oro puesto por su abuelo, que le tocará reproducir. Sus padres se instalaron en Buenos Aires cuando tenía tres años; realizó el primario y parte del secundario, que no completó, en el selecto Cardenal Newman— donde también estudió Macri—, y a comienzos de 1981 comenzó como administrativo a formarse en el directorio de Casa Tía. A fines de los 80, inició un camino de control total de la compañía como director general que incluyó una pelea feroz con su hermano, a quien echó del negocio, paso previo para reajustar —en base a no pocos despidos— todo el grupo. Hacia 1992 había concluido su faena. Un año después, se separó de su primera esposa con la que tuvo tres hijos.
Al promediar los 90 su fortuna trepó hacia las finanzas, luego de la venta de Casa Tía en controversia con los Deutsch. De Narváez se diversificó y se lo señala como dueño o accionista fuerte de varias empresas: La Rural SA, Aisa, América TV, del diario Ambito Financiero y radio La Red, además de ser parte de fondos de inversión del grupo D&S, un holding de empresas vinculadas a Internet y nuevas tecnologías.
Hace unos años, De Narváez volvió a casarse, esta vez con la abogada platense y ex modelo Agustina Ayllón, con quien tiene dos hijos pequeños.
En 2003, apoyó con fervor la candidatura presidencial de Menem. Su fracaso lo sublimó, tal vez, en la compra de reliquias del peronismo rematadas en Christies en Roma. Pagó 93 mil dólares por el uniforme militar de Perón y por 148 mil se quedó con su biblioteca.
Del peronismo guarda esos objetos, pero también su convicción de que persigue "el capitalismo que acumula y la distribución más equitativa de la riqueza". Ahora sin embargo, eligió ser candidato a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.