9 de julio de 2012

"Boudou y Aníbal peleaban por Ciccone"



Tras recuperar la libertad, el ex apoderado de la Fundación Madres afirmó que el vicepresidente y el ex jefe de Gabinete se peleaban por ver quien se quedaba - a través de terceros- con la firma que hoy imprime los billetes.


Sus primeras horas en libertad las aprovechó para estar con su familia y dormir. Fueron ocho horas seguidas. “Había estado 48 horas sin dormir”, se excusó. Sergio Schoklender estuvo 52 días detenidos. Pese a su libertad, sigue imputado como jefe de una asociación ilícita.  ¿Su estrategia?. Por ahora, la misma: atacar al Gobierno, a Hebe de Bonafini y a su hija, María Alejandra.

En una entrevista exclusiva con Clarín, le apuntó al vicepresidente Amado Boudou y al secretario de Obras Públicas, José López. “Hacían negocios juntos”, denunció, con la “complicidad” de Néstor Kirchner.

También ratificó que el vice le ofreció llevar adelante el proyecto de Meldorek a “través de banqueros y financistas amigos”. Y que Boudou estuvo involucrado en el “rescate financiero” de la ex Ciccone.  Según su versión, no era el único funcionario interesado en levantar la quiebra de la imprenta. 

“(…) Me vino a ver a la Fundación un accionista minoritario de Ciccone, que tenía a su vez una opción de compra del resto de las acciones. Vino a ver si podíamos hacernos cargo porque se estaban peleando un grupo de Boudou y de Aníbal Fernández por quedarse con Ciccone”, contó el ex apoderado. No dio precisiones, ni si quiera recuerda la identidad de aquel emisario, que lo visitó “tres o cuatro veces”. Su respuesta fue negativa en aquel entonces, pero la imprenta finalmente lograría levantar la quiebra.  

Poco tiempo después, Boudou le ofreció capitalizar su empresa Meldorek a “través de sus amigos”. “El que estaba en el Gobierno me ofrecía hacerlo por fuera del Gobierno”, se lamenta ahora. Y agrega: “Boudou era muy amigo de López. Hacían negocios juntos. Es imposible que Obras Públicas arregle una licitación sin connivencia con el ministerio de Economía”, aseguró.

-¿Eso lo sabía Néstor Kirchner?
- Algunas cosas es probable que las haya sabido, pero el gran desmanejo se produce a partir de su muerte.

Más de un año después, cuando estalló el escándalo, el vicepresidente finalmente puso un pie en la Fundación a través del contador Roberto Domínguez, actual administrador.

-¿Usted denunció que desde que usted se fue desaparecieron 130 millones, a dónde está ese  dinero?

- Lo sacaron de la contabilidad de la Fundación para que no se cobren los ex empleados y los proveedores. Vendieron, robaron y remataron todo. Todo eso iba a parar a los bolsillos de Alejandra y al grupo de gente que puso Boudou o la gente del fideicomiso.

Su pelea de fondo con la hija de Bonafini recién comienza. Hace pocos días denunció que hizo viajes al exterior con dinero de la Fundación. Hasta ahora no pudo probar esa parte de la historia. Pero insiste e involucra a Hebe y al resto de las Madres. “Todos los pasajes míos los pagaba yo. Los de las Madres a veces las invitaban y otras veces los pagaba yo”, asegura.

-¿Cuando eran viajes por invitación no se reintegraba el dinero?
-El reintegro lo cobraban pero no te lo devolvían. Hebe debe tener más de 50 viajes. Sus caprichos los pagaba la Fundación, salvo dos o tres veces.

En la entrevista con Clarín, también atacó al juez Norberto Oyarbide. “Es un personaje siniestro y corrupto. Lo hacía bailar como un títere Aníbal (Fernández), después comenzó a llamarlo Zannini y Nilda (Garré)”. El próximo martes volverá a verle la cara ala magistrado porque tiene que seguir declarando.

-¿Tiene miedo de volver preso?
-Es imposible legalmente, pero pueden inventar algo, hoy las órdenes las da Cristina a través de Zannni. No voy a bajar la cabeza. Nos nos van a quebrar.