13 de junio de 2011

Boca vivió “La noche del 9″


Boca lived "The night of 9 "

En su último partido en La Bombonera, Martín Palermo disfruta esta noche de una despedida que pocas veces un jugador de fútbol tuvo en el cierre de su campaña, ante una hinchada que llenó el estadio xeneize como siempre, lo vitoreó como nunca y si bien no podía gritar un gol del Loco festejaba un triunfo hasta que una mala salida de Lucchetti lo transformó en empate.


Ni siquiera Diego Maradona, que no volvía a su palco desde su mediática pelea con Juan Román Riquelme, se quiso perder este emotivo último acto del Titán en el césped donde vivió sus noches de mayor gloria, donde Boca se imponía 1-0 a Banfield por un gol que Colazo le dedicó a Palermo tras convertirlo a los 2 minutos del segundo tiempo.

Finalmente, una mala salida del arquero boquense Cristian Lucchetti -justo ante su ex equipo- permitió que el juvenil y prometedor goleador banfileño Facundo Ferreyra estableciera la igualdad definitiva faltando poco más de siete minutos para el final. El resultado deja de momento a los xeneizes fuera de los equipos que clasificarían a la Sudamericana.

Aflojó Palermo cuando bajó del micro y olfateó lo que se venía, en una Bombonera donde una bandera le decía “Eternamente Gracias” y su familia, con su papá Carlos, la mamá María Juana y sus hijos Ayline y Rudyan, acompañaba todo desde un palco muy cerquita al que ocupaba Maradona .

Una multitudinaria caravana acompañó a los jugadores desde el Hotel Emperador hacia La Bombonera, donde la primera gran ovación de la tarde se vivió cuando el goleador fue anunciado en la formación inicial. “Las despedidas son esos dolores dulces”, proclamaba otro prolijísimo trapo colgado desde la segunda bandeja.

“Aplaudan aplaudan no dejen de aplaudir, lo goles de Palermo que ya van a venir”, inundó la garganta de los hinchas apenas el equipo saltó al campo. Palermo salió a la cancha con una especial camiseta de Boca, con un nueve en la espalda y su apellido por debajo de color dorado, y una cinta de capitán de color azul oscuro, con las inscripciones en blanco de su nombre y la fecha de hoy.

El encuentro. Todo el partido estuvo condicionado por la fiesta que se vivía en torneo del gran goleador, pero Boca había sacado una merecida ventaja en el segundo tiempo con gol de Nicolás Colazo y, aunque después reiteró algunas debilidades defensivas, su victoria no parecía correr riesgos hasta que llegó el error de Lucchetti y el inesperado tanto de Facundo Ferreyra.

Por momentos Boca pareció buscar nada más que el gol de Palermo, pero fue el único equipo que llegó con profundidad en toda la etapa inicial y sumó una buena cantidad de situaciones como para justificar alguna ventaja.

A los 13 minutos Enrique Bologna salvó frente a Palermo tras un combinación con Juan Román Riquelme; a los 27 el armador remató afuera desde buena posición; a los 31 y 33 hubo dos nuevos disparos de Palermo y Riquelme que carecieron de la dirección ideal y a los 36 un envío cruzado de Pablo Mouche se desvió en Víctor López y terminó en córner.

Banfield sólo estuvo cerca del gol en el minuto 40, cuando Ferreyra ganó una pelota perdida frente a Clemente Rodríguez, pero el zurdazo posterior de Mauro Dos Santos resultó muy elevado.

Iban dos minutos del segundo período cuando Chávez recibió de Palermo y sacó un zurdazo mordido que el arquero no pudo retener. Colazo llegó justo al rebote para marcar el 1-0. Después Boca permitió que Banfield pasara a compartir la tenencia del esférico y lo empezara a complicar con los encuentros de Jonathan Gómez y Ferreyra por el lado izquierdo.

Así las cosas, Lucchetti desvió al córner un remate de Gómez a los 5 y un cabezazo de Ferreyra a los 10. En el otro sector, Bologna tuvo trabajo con un remate de Riquelme a los 12 y otro de Mouche a los 18. Después el partido se hizo más calmo y con menos llegadas a los arcos.

Hubo un primer aviso para Boca en el minuto 27, cuando Lucchetti perdió la pelota en el área chica ante un centro de Gustavo Toledo, pero a continuación Ferreyra cometió infracción. Finalmente, a los 38, ante un centro largo de Marcelo Bustamante, Lucchetti pareció confiarse demasiado y Ferreyra facturó, para sentenciar una historia que ya a esa altura era irremontable.

El homenaje. Luego del partido, Boca le tributó un gran homenaje a Palermo, con un emocionante video que se vio en la pantalla del estadio y del que participaron su familia, Carlos Bianchi y Guillermo Barros Schelotto, entre otras personalidades.

Además, se montó un escenario en el medio del campo de juego y con grandes letras amarillas se dibujó la frase “No habrá otro igual”. Andrés Ciro, ex cantante de Los Piojos, tocó el Himno Argentino con su armónica, que después fue entregada al Titán, y llenó de lágrimas los ojos del Optimista del Gol.

El acto para Palermo fue conducido por Mario Pergolini, quien hizo participar a todo el estadio para una gran ovación al goleador, luego de ponerle una capa azul y amarilla con la inscripción “Súper Martín”.

Para el final del homenaje quedaba lo mejor y fue el gran regalo que le hizo el club. Se trató ni más ni menos que del arco que daba hacia el predio de Casa Amarilla, que fue levantado por dos grúas y decorado con un gran moño azul y oro y con una placa con el nombre de Martín Palermo en el hierro horizontal.

La Bombonera despidió a su gran artillero, y en los ojos de los miles de hinchas envueltos de lágrimas se reflejó el recuerdo latente de tantos gritos y satisfacciones que el Gran Titán le dio al pueblo boquense.