Más de un millón de ovejas preñadas están en riesgo. La ceniza las ciega y las mata. Aún no hay plan para salvar al ganado.
Ayer, la Comisión Nacional de Emergencia y Desastres del Ministerio de Agricultura declaró la emergencia agropecuaria. Chubut, Río Negro y Neuquén están afectadas. La ceniza del volcán Puyehue dio su peor golpe contra la industria ovina del sur.
Roberto Fernández Speroni, director de la Sociedad Rural en Tierra del Fuego y a cargo de la Patagonia, explica: “Por la ceniza ya murieron más de 600 mil ovejas. Esto afecta a dos millones de cabezas más, un tercio de la hacienda total de la región”. Más de dos mil productores pueden perder cerca de $180 millones.
Speroni explica: “La lana que se produce es la merino, muy fina, a 24 pesos el kilo, son 30 millones de kilos que se van a terminar vendiendo al 5 o 10 por ciento de su valor por lástima. Están todos desesperanzados. Para colmo, los productores vienen de cinco años de sequía. Esta temporada los iba a salvar”. El ganado mismo va de cara al infierno. “Muere por no comer o de espasmos estomacales gracias al pasto contaminado”, según Speroni.
También quedan ciegas: la oveja va contra el viento y la ceniza, compuesta de arena de sílice: “Eso les revienta las córneas”. Peor: de esos dos millones de ovejas, 1,5 son madres preñadas. “Hay que rescatarlas como sea”, dice el funcionario. Para peor los camiones no cruzan el campo: la ceniza destruye los filtros de los motores.
Ni siquiera hay un plan de contingencia: “Está todo prometido, hay un crédito de 20 millones de pesos del Ministerio. Pero ni se puede mover a los animales. Hay que alimentarlos como sea”.