15 de junio de 2011

María Marta García Belsunce: “María Marta tenía una expresión de espanto”


Maria Marta Garcia Belsunce, "Mary Martin had a look of terror"

Iba en la segunda ambulancia que llegó al country. Dijo que se notaba que la víctima “tenía la cara de quien sabe que la van a matar”. Y que avisó a Carrascosa y a Bártoli que debían llamar a un forense. El médico Santiago Biasi acusó a la familia

Se lo esperaba como a uno de los testigos clave de la Fiscalía y Santiago Biasi no defraudó. El segundo médico en llegar a la casa de María Marta García Belsunce el 27 de octubre del 2002 –y por cuyas dudas sobre “el accidente doméstico” se terminó descubriendo el crimen– repartió ayer acusaciones, duro y parejo .

Mechando la palabra “dantesco” cada vez que se le preguntaba sobre lo que se encontró al entrar a la casa de los Carrascosa el día del crimen, Biasi dejó bien claras algunas cosas. La primera: a su criterio era imposiblepensar que María Marta había tenido “una muerte absurda con las canillas del baño”, como aquel día le dijo su colega Juan Gauvry Gordon (hoy imputado de “encubrimiento”) ni bien lo vio. “Los tres orificios en la cabeza de la pacienteeran visibles ”, graficó Biasi, y agregó que metió parte de un dedo en uno de ellos.

“No le creí nada a Gauvry. El panorama no se ajustaba de ninguna manera a eso del accidente ”, arremetió el médico, quien se detuvo a describir cómo estaba la víctima: “Tenía una expresión de espanto , la cara de quien sabe que la van a matar. Yo pensé: ¿quién fue el monstruo, el salvaje que hizo esto? Yo ya era médico en los ‘70 y había visto esas expresiones”.

Varias veces sostuvo que aquel día le señaló a Gauvry Gordon que estaban frente a “una muerte traumática, violenta y grave”.

“Pero nadie me hacía caso” , acusó.

Al declarar en este juicio, Gauvry había insistido con que Biasi nunca objetó la manera en que él se desempeñaba y que incluso en ningún momento intentó impedir que se limpiara el baño. Por eso, ayer su abogado defensor, Gabriel Becker,interrogó fuerte al testigo . “¿Le podría decir al abogado que no trate de embarrar más esta situación?”, le pidió Biasi a la presidenta del tribunal, María Elena Márquez, tras la enésima carga. Seca, la jueza le ordenó que contestara las preguntas.

“En un momento se habló de quién firmaba el certificado de defunción. Yo les dije al señor (Carlos) Carrascosa y al señor (Guillermo) Bártoli que había que llamar a un forense.

Me respondieron que me quedara tranquilo, que no me preocupara ¡El único preocupado ahí era yo! Los demás estaban todos bárbaro. A nadie se le cayó una lágrima. No había intención de resolver el problema avisando a la Policía.

Si yo me callo la boca acá no pasa nada ”, enfatizó el testigo, quien aseguró que por haber denunciado lo que vio al poco tiempo lo terminaron echando de la empresa de emergencias médicas en la que trabajaba.

Cada vez que intentaron acorralarlo señalándole contradicciones con sus declaraciones anteriores, Biasi huyó hacia adelante, multiplicando y agravando sus acusaciones . “Esto fue un plan orquestado. Nadie derramaba una sola lágrima”, afirmó. “Había una especie de pacto entre esta gente”. Y fue aún más allá cuando el abogado de la masajista Beatriz Michelini, Roberto Ribas, le preguntó por qué, si él tenía tantas sospechas, no le dijo a su clienta que parara de limpiar el baño. “ Si están todos organizados, si son una banda , ¿quién los para? ¿un médico? A mí no me dieron bola”, le respondió Biasi.

Poco antes el médico le había apuntado duro a Gauvry Gordon por el tema de la limpieza: “Por indicación de él se empezaron a hacer desaparecer las pruebas. Alteró la escena. El argumentó fue que era para que la familia no viera tanta sangre, pero la familia ya había visto cómo estaba el baño.

Nosotros damos soluciones médicas, no sociales ”.

Si algo pareció sólido en el testimonio de Biasi –quien al cierre de esta edición enfrentaba un pedido de las defensas para que lo imputen de “falso testimonio”– fue que él constató que María Marta tenía tres agujeros en la cabeza y no sólo un golpe. Así figura en la historia clínica que confeccionó sentado en uno de los sillones de la planta alta de la casa de El Carmel y que ayer reconoció en la audiencia como el documento que “ningún familiar quiso firmar antes de que me fuera”. “Yo quedé excluido. Carrascosa y Bártoli se fueron aparte con Gauvry Gordon. Yo no escuché lo que decían porque hablaban en voz baja”, señaló.

Antes de su testimonio, el tribunal había escuchado al chofer de su ambulancia, Antonio Cachi, quien también dijo que ese día se hablaba de “tres agujeros” y que señaló que le había dicho a Gauvry Gordon: “Yo que vos llamaría a la Policía y esperaría a que viniera el fiscal”. El condutor agregó que nunca escuchó a Biasi hablar de llamar a la Policía, por lo que anoche los dos médicos y el chofer se enfrentaban en careos .